Seguro que ya habías oído hablar sobre el estado de shock y sabes que es vital actuar rápidamente. Pero ¿sabías que puede suponer un grave riesgo para la salud y vida de la persona? En realidad, existen muchos grados de este estado y también diferentes tipos. A continuación, te hablaremos un poco más de los diferentes estados de shock, te ayudaremos a reconocerlos y, algo muy importante, daremos algunos consejos sobre cómo actuar.
Cabe recordar que el tema del estado de shock forma parte del temario de nuestro curso de auxiliar de quirófano.
¿Qué es el estado de shock?
El estado de shock es una reacción emocional y fisiológica de gran intensidad ante sucesos altamente estresantes y traumáticos. Durante el mismo, se produce una hipoperfusión de los órganos y tejidos, es decir, una falta de irrigación sanguínea de los mismos, lo cual puede causar disfunción y muerte celular.
Esto se debe a que puede causar hipoxia, lo que puede llevar a daños irreversibles en los órganos. Por no hablar de que puede provocar reacciones histéricas en la persona, pérdida de las habilidades cognitivas o embotamiento afectivo, ante lo cual también es importante saber cómo actuar.
¿Cómo detectar estados de shock?
Ya hemos visto que la sintomatología es muy variable, pero estas son las características más frecuentes del estado de shock:
- Mareos o desmayos.
- Náuseas o vómitos.
- Debilidad o fatiga.
- Ansiedad y/o agitación, cambios en el comportamiento.
- Disminución de la presión arterial.
- Respiración rápida y superficial.
- Piel fría y húmeda.
- Pulso acelerado.
- Coloración azulada de los labios o las uñas (gris en el caso de las personas con piel oscura).
Tipos de estado de shock
Hay varios tipos de shock, y es importante reconocerlos para actuar adecuadamente.
Shock hipovolémico
Se debe a que el volumen de sangre es insuficiente, lo cual hace que el corazón no pueda bombear sangre suficiente. Ocurre porque hay una gran pérdida de sangre por las hemorragias. Pueden ser externas, como heridas graves, o hemorragias internas.
Además, la sangre también puede disminuir su volumen cuando se pierde una gran cantidad de líquido por otras razones, como diarreas fuertes, quemaduras, vómitos o sudor excesivo.
Se manifiesta con los síntomas típicos de shock que hemos explicado antes y, sobre todo, se caracteriza por la presión sanguínea baja.
Shock cardiogénico
En este caso, el shock se debe a anomalías en el funcionamiento del corazón que impiden que pueda bombear la sangre correctamente.
También se caracteriza por una disminución brusca de presión sanguínea, que hace que no llegue suficiente sangre al corazón, impidiendo que pueda seguir funcionando, por lo que este tipo de shock puede llegar a ser mortal.
Una de sus causas más comunes es el infarto de miocardio. Otras condiciones cardíacas que lo producen son ruptura del músculo del miocardio (normalmente también debido a un infarto), ritmo cardíaco peligroso (por fibrilación ventricular, taquicardia ventricular o supraventricular), ritmo cardíaco demasiado lento (bradicardia), taponamiento pericárdico (presión sobre el corazón por acumulación de líquido a su alrededor), desgarro o ruptura de los músculos que sostienen las válvulas cardíacas, o bien desgarro o ruptura de la pared entre las cámaras inferiores del corazón (ventrículo derecho e izquierdo).
Hay factores de riesgo para que suceda este shock, como la obesidad, el tabaquismo, colesterol alto o historial de enfermedades cardíacas.
Shock anafiláctico
Este shock está causado por una reacción alérgica grave, y puede ser mortal. Los alérgenos más frecuentes que lo producen son alergias alimentarias, medicamentos o picaduras de un insecto a la que el afectado es alérgico.
Se da por una liberación súbita de histamina y otras sustancias químicas que producen una gran vasodilatación, causando acumulación de líquidos en los tejidos. Esto lleva a un colapso del sistema circulatorio, que es incapaz de continuar llevando la sangre correctamente a los órganos y tejidos, lo cual puede causar daños muy graves, incluso la muerte.
Shock séptico
Se debe a una infección muy grave, más frecuentemente bacteriana, aunque también pueden causarlo virus u hongos.
La infección causa una inflamación generalizada, lo que a su vez provoca una gran bajada de presión arterial que impide que los órganos sigan funcionando correctamente.
Suele ser más frecuente en niños y ancianos porque tienen un sistema inmunitario más débil.
Shock neurogénico
Se trata de un funcionamiento incorrecto del sistema nervioso central, ya que este controla el tono muscular adecuado de los vasos sanguíneos. Si este se altera, la sangre no puede circular correctamente y aparecen los síntomas del shock que hemos descrito. Las causas más frecuente de este shock son la toma de medicamentos o drogas.
¿Cómo actuar frente a un estado de shock?
En cualquiera de estos casos, es fundamental avisar a los servicios de emergencias. Su actuación irá encaminada a restablecer la circulación sanguínea normal del paciente. Si es necesario, se llevará a cabo la reanimación cardiopulmonar.
Ahora ya conoces la importancia que tiene actuar rápida y correctamente ante una persona afectada por un estado de shock. Pero recuerda que existen estos diferentes tipos, por lo que muy probablemente el paciente necesitará también de otros primeros auxilios y tratamientos adecuados para él.