¿Te has preguntado cuáles son los diferentes tipos de tensión eléctrica que tenemos en España? Lo cierto es que se trata de uno de los aspectos más relevantes para conseguir electricidad en hogares y empresas. Sin embargo, pocas veces le prestamos la atención necesaria para conocer con detalle su funcionamiento.
Tipos de tensión eléctrica disponibles
Cada voltaje tiene un uso diferente y su catalogación viene regulada por la normativa IEC 60038:2009/AMD1:2021 a nivel internacional. Para establecer su clasificación debes distinguir entre tres tipos principales de tensión eléctrica que se dividen entre baja, media y alta. Vamos a hacer un repaso a cada una de ellas para que conozcas en profundidad su utilidad.
Alta tensión
En el grupo de la alta tensión se integran todas las líneas con un voltaje de más de 36 000 voltios. El principal uso que se da en todo el mundo a este tipo de redes es el del transporte de electricidad. Y es que uno de los principales problemas de las redes eléctricas son las pérdidas que se producen durante su viaje desde los puntos de generación (centrales hidroeléctricas, granjas solares o eólicas, etc.) hasta el consumidor final.
No obstante, sabemos que estas pérdidas de electricidad se producen, sobre todo, debido a dos factores: la distancia y el voltaje.
En primer lugar, la distancia a la que hay que distribuir la energía. Esto es algo que resulta inevitable.
Aunque siempre se intenta contar con puntos de producción repartidos por toda la geografía, hay algunas comunidades con un gran excedente de electricidad. Otras, por el contrario, consumen mucho más de lo que generan. Este es el caso de zonas muy industrializadas como Madrid, Cataluña o el País Vasco. Por tanto, es crucial hacer llegar la energía hasta esos puntos con las menores pérdidas posibles.
Para eso entra en juego el segundo factor, el voltaje. Cuanto menor es, más elevadas son las pérdidas producidas por el camino. Por eso tiene que usarse este tipo de tensión eléctrica. Para el transporte de electricidad se emplean líneas que pueden alcanzar los 132 000 voltios (132 kV).
Este tipo de tensiones no son aptas para ser utilizadas por ningún consumidor, por lo que hay que transformarlas en otras de menos voltaje antes de su aprovechamiento. Además, para garantizar la seguridad tanto de la red como de los animales o personas, todas estas líneas se conducen bajo tierra y mediante cableados especiales que evitan el sobrecalentamiento de la red producido por el llamado efecto Joule.
Otro dato relevante que debes conocer sobre las redes de transporte de voltajes tan elevados es el tipo de corriente que usan. Y es que si bien es posible emplear tanto alterna como continua, en toda España, salvo en la línea que une la península con Baleares, se utiliza únicamente alterna.
Media tensión
Este es uno de los tipos de tensión eléctrica más habitual en España, ya que se usan para distribuir la energía desde las estaciones de transformación hasta los núcleos urbanos con tensiones que oscilan entre los 1000 hasta los 36.000 voltios.
Es posible que las veas en postes eléctricos, aunque también pueden viajar de forma subterránea, al igual que ocurría con las anteriores. Una vez en la localidad de destino, su energía vuelve a transformarse hasta tensiones todavía más bajas. No obstante, algunos consumidores aprovechan esta energía directamente, como es el caso de las grandes industrias.
Baja tensión
- Corriente alterna: igual o inferior a 1.000 voltios.
- Corriente continua: igual o inferior a 1.500 voltios.
Las líneas de baja tensión son fundamentales para que tanto los hogares como la mayoría de negocios puedan disponer de electricidad. Por eso se suelen encontrar, únicamente, dentro de los núcleos urbanos, donde las pérdidas por distancia son casi insignificantes. Su voltaje se mueve entre los 100 y los 1000 voltios, pero en España empleamos, mayoritariamente, el estándar de 230 voltios a dos Hilos.
Las tensiones nominales usualmente utilizadas en las distribuciones de corriente alterna serán:
- 230 V entre fases para las redes trifásicas de tres conductores.
- 230 V entre fase y neutro, y 400 V entre fases, para las redes trifásicas de 4 conductores.
En el caso de algunas empresas o viviendas con sistemas trifásicos, el voltaje es de 400 voltios. Además, todavía existen algunas instalaciones antiguas en las que se utiliza una tensión inferior, que en esos casos es de 110 voltios, pero estas requieren de un transformador para compatibilizarla con la que se envía actualmente por la red.
Al tratarse de una red de menor tensión, también tiene un peligro mucho más reducido. Además, gracias al uso de diferenciales y magnetotérmicos en cada punto de suministro, cualquier incidencia o derivación en la tensión hace que se corte la energía en toda la instalación.
Pero estas redes no sólo están limitadas al consumo. También son muy habituales en pequeños parques solares o eólicos para su vertido a la red, ya que en esos casos no es necesario contar con líneas de mayor tensión, siempre y cuando no se superen los 100 kW de capacidad máxima de generación.
Estos son los tipos de tensión eléctrica que se utilizan en España y en gran parte de Europa. Como has podido comprobar, este valor tiene una importante incidencia sobre las pérdidas de energía y también sobre su peligrosidad. Por eso para el uso particular se emplean únicamente redes con tensiones que no superan los 400 voltios.
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