La educación canina es un servicio imprescindible para numerosas personas que han elegido como mascota al que consideramos el mejor amigo del hombre. Ten en cuenta que, en materia de adiestrar a los perros, como se dice popularmente nadie nace enseñado.
Un perro que incide en malos comportamientos puede traer de cabeza a sus propietarios. Y, en estos casos, la relación entre ellos puede ir deteriorándose hasta límites peligrosos. Gozar de un perro bien educado será el objetivo clave para la convivencia en casa.
Por este motivo, es posible que los amos de los perros necesiten ayuda, en estos casos, de un profesional de la educación canina y el adiestramiento de perros. Gracias a figuras televisivas como César Millán, la figura del adiestrador de perros se ha popularizado y cada vez son más los propietarios que solicitan la ayuda de un profesional del comportamiento canino.
La educación canina no puede dejarse en manos de cualquiera
Sin duda, es un asunto de gran importancia para la calidad de vida de un perro y sus propietarios. Por eso, para ser un adiestrador de perros de nivel has de valorar estas diez virtudes. Presta atención a lo que te vamos a contar pero no te preocupes si no te ves capaz, de inicio, de seguirlas todas. Todos podemos aprender con trabajo y paciencia. ¡Eso sí! muchas veces no nos damos cuenta de la importancia de tener los conocimientos necesarios. Estas y otras claves las podrás aprender en algún curso de educador canino como el que ofrecemos en nuestra escuela de formación.
1. La formación es fundamental
Algunas estrellas de televisión parecen decirte lo contrario. Pero no todo el mundo tiene la capacidad de enseñar a un perro de manera profesional. También debes saber que no existe una titulación específica de adiestrador canino. Sin embargo, existen formaciones no regladas para aprender a enseñar a los perros. De este modo, se adquiere la capacitación suficiente para comprender los comportamientos del animal. Y, si es preciso, para modificar sus problemas de conducta y enseñarle pautas beneficiosas.
2. Cada raza de perro requiere unos cuidados específicos
Entre los conocimientos que adquiere un adiestrador canino destacamos uno: estudiar las características y los comportamientos habituales de las diferentes razas de perros. Ten en cuenta que cada una de ellas se distingue por unas necesidades, carácter, pautas y condiciones físicas determinadas. Por consiguiente, no es lo mismo educar a una cría de chihuahua que a un ejemplar adulto de pastor alemán.
3. La educación canina debe ser personalizada
Esta es una de las claves de todo profesional a la hora de educar a un perro. Las circunstancias (residencia, enfermedades, edad…) de cada animal son diferentes. Por tanto, cada mascota requiere un plan de adiestramiento distinto. El esfuerzo por individualizar el adiestramiento supone un salto de calidad que marca la diferencia.
4. No emplees métodos agresivos
Para que los perros comprendan las instrucciones, deben recibir órdenes claras y concisas. Los comandos serán concretos y no deberían contradecirse unos con otros. Sin embargo, eso no significa que deban realizarse en tonos agresivos o de reproche. Esta mala costumbre puede minar la moral de los perros y su relación contigo. En nuestras formaciones siempre somos partidarios de la educación en positivo.
5. Hazlo todo de manera transparente
Para que los propietarios de los perros se queden más tranquilos, debes permitir que observen tus métodos. Como imaginarás, este consejo está muy relacionado con el del punto 4. En todo momento, los propietarios tienen que tener la posibilidad de comprobar cómo realizas el adiestramiento. Además, en las últimas fases, los propietarios deberán incorporarse al proceso de adiestramiento.
Como es obvio, por mucho que modifiquemos las conductas de los perros, el animal siempre podría reaccionar de forma diferente con otras personas. Por este motivo, al final de su adiestramiento, los propietarios deberán realizar también ejercicios y aprender las claves de todo el proceso para no echar a perder lo que el perro ha aprendido hasta el momento.
6. No adiestres en tus instalaciones únicamente
Salvo que invites ocasionalmente a que los amos participen en una sesión que se celebre en ellas. Los propietarios suelen desconfiar cuando se les pide que sus mascotas estén fuera de casa durante un tiempo relativamente largo. Lo ideal, aunque no en todos los casos, es que puedas realizar los diferentes ejercicios con el perro en su propio entorno.
Este punto no debe considerarse una prohibición. Muchos adiestradores trabajan en sus propias instalaciones con éxito.
7. Trabaja a domicilio
Proporcionará una comodidad a los propietarios que te agradecerán. Y, además, esta recomendación tiene un sentido funcional. Te explicamos por qué. Los animales deben ser adiestrados en base a situaciones lo más parecidas posible a su realidad cotidiana. En este sentido, desplazarte a sus hogares o a las zonas por las que pasean es lo más útil. El adiestramiento se hará en sus lugares de residencia y con sus objetos habituales.
8. La experiencia es un grado
No es ningún secreto. Cuanto más experiencia puedas atesorar, mejor te valorarán tus clientes. Sin embargo, obviamente, en los inicios no puede tenerse la máxima experiencia. ¿Cómo solucionamos esta carencia? Nuestra recomendación es que empieces a trabajar con perros de tu entorno personal. Gánate la confianza de tus amigos y conocidos trabajando primero con sus perros.
A partir de ahí ganarás la experiencia necesaria y seguramente, si realizas un buen trabajo, tus amigos te recomendarán a otras personas. Además, no dejes nunca de aprender. Recicla tus conocimientos y asimila las nuevas técnicas de educación canina que van promocionándose.
9. Fomenta los juegos
Los juegos siempre han servido para estimular a los perros. Ten en cuenta que su instinto de cazadores sigue vivo, de alguna manera, en ellos. Aparte, estas actividades potencian su flexibilidad y mejoran su salud. En este sentido, no te centres solo en los juegos de toda la vida. Demuestra que estás al día y propón ejercicios nuevos como el canicross, el disc dog, el agility u otros.
10. No prometas milagros
Las soluciones inmediatas no existen en la educación canina. Un cachorro aprenderá antes las pautas básicas de convivencia. Sin embargo, un adulto con trastornos de comportamiento, como morderse la cola, necesitará un programa especial. Al menos pueden ser necesarias seis sesiones para observar progresos sustanciales. El proceso con cada animal será diferente. Lo importante es que el educador canino sea paciente y confíe plenamente en lo que está haciendo.