¿Alguna vez habías oído hablar del balance hídrico? Se trata, en realidad, de un concepto médico fundamental. Dentro de un hospital, son palabras que se repiten cientos de veces diariamente. En este sentido, si a ti te interesa el mundo de la salud, debes conocer esta cuestión en profundidad. Por ese mismo motivo, a lo largo del presente artículo vamos a presentarte los puntos clave. Con esta información conocerás la importancia de la hidratación y el papel de la enfermería en todo ello.

¿Qué es el balance hídrico?

El balance hídrico o balance de equilibrio de líquidos es un concepto médico referente a la hidratación. Esencialmente, sirve para indicar la relación concreta entre la ingesta y la pérdida de líquidos por parte de un ser humano.

Se parte de la idea de que todo ser humano debe mantenerse hidratado. El 60% del cuerpo de un adulto saludable es pura agua. No es de extrañar, por tanto, que este punto sea tan relevante. Ahora bien, la actividad fisiológica diaria normal conlleva la pérdida de líquidos. Desde la orina al sudor, continuamente el cuerpo pierde agua de su interior. La única manera de mantener un correcto estado de salud es reponiendo el líquido perdido.

Precisamente por esa razón acabó diseñándose un concepto como el del balance. Permite cuantificar objetivamente cuánta agua entra y cuánta sale del cuerpo. Así, se determina si es preciso aumentar la hidratación para evitar posibles problemas. Al fin y al cabo, hay que tratar de mantener un equilibrio.

Tipos de balance hídrico existentes

Con tal de profundizar en mayor medida en el concepto de balance hídrico es conveniente tratar sus tipos. Y es que la literatura médica ha acabado desarrollando hasta tres clases diferentes.

Por un lado,, tenemos el balance positivo. Se da en aquellos individuos en los que la cantidad de líquidos que se ingiere es muy alta. Esto hace que el agua que se añade al cuerpo sea mucho mayor que la que se pierde.

Frente a ese, tenemos al balance negativo. Es, como su propio nombre indica, el caso absolutamente contrario. Es propio de aquellos individuos que pierden más líquidos de los que ingieren. Esto da lugar a un problema de deshidratación evidente.

Por último, contamos con el balance normal. Este es el más deseable. Se da en aquellas personas que no presentan ni defecto ni exceso en el proceso de ingesta de líquidos. Es decir, se toma tanto líquido como se expulsa, quedando en perfecto equilibrio.

hidratación

¿Qué consecuencias tiene no prestar atención al balance de equilibrio de líquidos?

El balance de equilibrio de líquidos normal es fundamental. Y no hay mejor manera de ser consciente de ello que conocer los problemas derivados de que no lo sea.

Por un lado, si se tiene un balance hídrico negativo se experimentará deshidratación. Se sentirá fatiga, debilidad, mareos, sequedad y dolores de cabeza. Igualmente, se experimentará sed extrema, presión arterial baja y fiebre. En los peores casos, incluso, puede llegarse a la taquicardia, la confusión, el coma y, finalmente, la muerte.

La sobrehidratación o hiperhidratación es igualmente dañina. Un balance positivo demasiado pronunciado también puede ocasionar problemas. Por un lado, puede experimentarse hinchazón en las piernas; igualmente, se orina de forma continua y en mucha cantidad. Si se ingiere mucho líquido puede incluso sentirse cansancio, confusión y debilidad. En los peores casos llegan a encharcarse los pulmones y, por tanto, se sufre una gran dificultad para respirar.

La importancia de la enfermería para la hidratación adecuada

Es una verdad general el hecho de que las personas enfermas son más sensibles a nuevos problemas de salud. Así, los individuos que se encuentran ingresados son muy proclives a padecer problemas de balance de líquidos. Esto es así cualquiera que sea el motivo.

Por eso el papel de la enfermería es tan valioso. Una de sus funciones esenciales es la de controlar el buen funcionamiento de los goteros. También el de la correcta ingesta de los alimentos de la dieta hospitalaria. Muchas veces se detectan así problemas de falta de hidratación o de hiperhidratación. Si se descubren tempranamente, pueden solucionarse con facilidad, evitando que vayan a más. Ten en cuenta que la hidratación es una cuestión de vida o muerte. Por eso no podemos más que resaltar el papel más que fundamental de la enfermería en este plano.

 

En conclusión, ya se puede decir que conoces qué es exactamente el balance hídrico. En tu mano queda utilizar correctamente esta información. Esto es especialmente relevante si te dedicas o quieres dedicarte al mundo de la enfermería y de la salud. En esos casos tu papel será crucial. Como has visto, tendrás la responsabilidad de comprobar que el balance de hidratación de los pacientes es el adecuado. La única manera de enfrentar correctamente tus responsabilidades será con una suficiente formación.