Dada la preocupación por el COVID-19 queremos daros una información sobre el coronavirus canino. Lo hacemos para intentar arrojar luz sobre la relación entre ambos y sacaros de dudas.
En el mundo animal, existe un coronavirus canino, que no tiene nada que ver con el COVID-19, a pesar del nombre. Por ello, debemos dejar claro que no existe evidencia científica de que los animales de compañía puedan padecer ni transmitir el coronavirus de Wuhan.
El COVID-19 es ya una pandemia mundial desde que apareció en la ciudad china de Wuhan. Pero, como decimos, no hay evidencia científica de su presencia en animales domésticos. Por desgracia, debido a la desinformación, en muchas ciudades de China se están dando muchos casos de abandono de mascotas.
De todas maneras, aquí puedes acceder a esta infografía realizada por el Colegio de Veterinarios de Madrid, donde nos dan consejos sobre cómo actuar ante este nuevo virus y el cuidado de nuestras mascotas, principalmente los perros.
Si quieres saber qué enfermedades pueden transmitirnos los animales, en otro artículo de nuestro blog hablamos de las enfermedades transmitidas por mascotas.
¿Qué es el coronavirus canino exactamente?
El coronavirus Canino (CVC), es una enfermedad viral intestinal e infecciosa que causa la inflamación del intestino, debido a la destrucción de las vellosidades de este. Principalmente afecta a cachorros puesto que al nacer sólo disponen de las defensas obtenidas por la leche materna y hasta las 6-8 semanas no desarrollan su propio sistema inmunológico. Su principal vía de contagio es el contacto feco-oral.
¿Cuáles son los síntomas?
En primer lugar, has de saber que el periodo de incubación es de uno a cuatro días. Después, comienzan a aparecer los síntomas clínicos como son: anorexia (pérdida de peso), fiebre (debemos tener en cuenta que la temperatura normal del perro es de 39-39,3ºC), diarrea de color naranja-amarillenta incluso puede llegar a ser sanguinolenta, vómitos, dolor en el abdomen y deshidratación.
Si te fijas bien, puedes observar que los síntomas son similares a los del parvovirus, una enfermedad muy parecida y contagiosa que puede llegar a ser mortal.
Si observas los síntomas mencionados, lo mejor es que acudas al veterinario para descartar que tu mascota padezca una enfermedad infecciosa.
A través de una prueba muy sencilla e indolora, el veterinario puede valorar tanto el parvovirus como el coronavirus.
¿Existe tratamiento?
El tratamiento es sintomático, ya que no hay una cura específica. Por lo tanto, el veterinario valorará el tratamiento según el caso y la gravedad de los síntomas. Este puede ser:
- Estimulantes del apetito: Debemos tener en cuenta que estos animales no comen al inicio de la enfermedad por lo que el veterinario determina cuando es necesario administrar este tratamiento y pueda ingerir alimentos vía oral.
- Fluidos: Si presenta una importante deshidratación a causa de los vómitos o de la continua diarrea, lo más conveniente es que se reponga con fluidos.
- Antivirales: Luchan contra la carga vírica.
- Antibióticos: Orientados a vigilar las infecciones secundarias que puede provocar el virus.
- Procinéticos: Fármacos que se centran en la mejora del tracto gastrointestinal, incluyendo los protectores de la mucosa gástrica, los antidiarreicos y los antieméticos.
Recuerda que, para utilizar alguno de estos tratamientos farmacológicos, es imprescindible seguir indicaciones y pautas del responsable veterinario.
Vacuna contra el coronavirus canino
Como hemos dicho, al tratarse de proceso vírico, no existe una cura para el CVC. Hay una vacuna, pero no se conoce con certeza la eficacia de ésta, por lo que en la actualidad no se suele vacunar a nuestras mascotas. Por el contrario, el parvovirus, sí tiene una vacuna eficaz.
La mejor manera de prevenirlo es mantener a los cachorros en casa hasta que hayan cumplido con el plan vacunal que los veterinarios debemos recomendar. Así como evitar el contacto con otros perros no vacunados.
¿Cómo se contagia?
En primer lugar, el virus es expulsado mediante las heces, por lo que la vía de contagio es la denominada ruta oro-fecal. Esto significa que se transmite cuando el animal ingiere el virus directamente de las heces o del suelo contaminado.
Por este motivo, los caninos con más riesgo son aquellos que presentan un comportamiento bastante alterado. Más concretamente, aquellos que tienen coprofagia, es decir, que ingieren de forma voluntaria las heces.
Una vez que este tipo de virus ya está en el organismo del animal y se ha cumplido el periodo de incubación, empieza su tarea atacando a las microvellosidades del intestino (unas pequeñas estructuras fundamentales para la absorción de los nutrientes). Una vez allí, se produce la inflamación del aparato digestivo y aparece la diarrea.
En definitiva, el coronavirus canino es una enfermedad vírica que puede causar infecciones en cualquier perro y que se contagia por contacto oral con materia fecal infectada. Esperamos que este post sirva de ayuda a nuestros estudiantes de formaciones de ATV, para entender un poco mejor el funcionamiento de este virus.