La familia es el primer agente de socialización en los niños. Es un proceso que se ve complementado cuando crecen y empiezan a acudir al jardín de infancia.
Este tema forma parte del temario de nuestro Curso de Auxiliar de Jardín de Infancia. Te contamos más, presta atención.
La familia y su papel como agente de socialización en los niños
El primer contacto social que tienen los niños es con su familia, que se convierte, así, en su grupo primario de socialización. Esto influye directamente en la identidad, la personalidad, la evolución social y la individualidad de los más pequeños del hogar.
De esta manera, el modelo familiar será un factor clave para el desarrollo de las habilidades sociales del niño en cuestión. Pero, ¿qué significa todo esto? Pues que los comportamientos que los progenitores tengan hacia los hijos pueden determinar su personalidad en el futuro.
Tipos de padres y su influencia en la socialización de los niños
La categorización de las tipologías parentales se basa en el grado de control y el tipo de comunicación que se practica. Además, las conductas de afecto que se les muestran y las exigencias que se les imponen son tenidas en cuenta. De esta manera, podemos distinguir entre tres tipos de padres.
Los padres autoritarios son aquellos que ejercen un control y unas exigencias elevados sobre sus hijos. Estas actitudes pueden originar desconfianza, retracción y baja competencia social en los pequeños de la casa.
El otro extremo es el de los padres permisivos. Cuando el control y las exigencias son demasiado laxos, los pequeños pueden desarrollar una personalidad inmadura, baja autoestima y falta de responsabilidad. Esto les incapacitará para enfrentarse a algunas situaciones durante su etapa adulta.
En tercer lugar, distinguimos a los padres democráticos. Se trata del modelo idóneo. Se caracterizan por comunicarse con sus hijos y tener en cuenta sus sentimientos. Son los que encuentran un equilibrio entre la adaptación a las necesidades de los niños y los progenitores. Como consecuencia, estos niños tienen más posibilidades de manifestar una personalidad segura, una buena competencia social y la capacidad de responsabilizarse de sus actos.
En definitiva, resulta crucial entender que los comportamientos de los niños pueden ser, en buena medida, una prolongación de su experiencia en el seno familiar. Es posible que el núcleo familiar genere ambientes integradores y estimulantes para los más pequeños. O, por el contrario, puede reforzar las tensiones y los comportamientos negativos o erráticos.
La importancia del grupo de pertenencia
Otro factor relevante en el desarrollo de las habilidades sociales de los más pequeños es el grupo de pertenencia. Este grupo hace referencia al conjunto con el cual los niños se identifican. Tiene que ver con las características comunes en cuanto a generación o hobbies, por ejemplo.
Estos grupos de pertenencia son muy importantes porque suponen la base sobre la cual se conformará la identidad de los niños. Operan como un marco de referencia para ellos. El papel de la familia, en este sentido, es el de educar, potenciando y favoreciendo las cualidades idóneas para la construcción de la personalidad infantil.
Para conseguirlo, lo ideal es establecer unas pautas educativas coherentes y estables. De este modo, el pequeño podrá entender las dinámicas familiares y adecuarse a ellas.
Desafíos para la socialización de los niños
Los cambios sociales han hecho que el peso de los agentes de socialización en los niños haya variado. La custodia de los más pequeños ha pasado a ser compartida con el jardín de infancia. Además, la estructura de las ciudades ha cambiado y cada vez resulta más complejo que los niños se relacionen con iguales. Por ello, son los padres quienes tienen que hacer un esfuerzo para que sus pequeños se relacionen con otros niños.
Todo ello ha hecho que el papel del jardín de infancia y de las guarderías haya ganado mucho más protagonismo. Por no hablar del cambio en la integración de los niños en el sistema educativo. Este cada vez tiene más en cuenta los sentimientos de los pequeños para evitar traumas al comenzar la escolarización. Traumas que, desafortunadamente, podrían derivar en desviaciones en los comportamientos.
El jardín de infancia: el aliado de los padres en la socialización de los pequeños
El jardín de infancia se convierte en el segundo agente de socialización en los niños más importante. Es imprescindible que experimenten un periodo de adaptación adecuado a la hora de acudir al centro educativo. De esta manera, se conseguirá que la separación de la familia les resulte lo menos dolorosa posible.
Resulta vital la comunicación continua de la familia con los tutores y los cuidadores de los pequeños. Solo así podrán ser detectadas conductas no adecuadas que deban ser corregidas. Por tanto, resulta cierto que la familia es el primer agente de socialización en los niños. No obstante, la colaboración entre los progenitores y el centro escolar contribuirá a que la integración social y la educación del pequeño sean idóneas.