Si tienes uno o varios perros, seguramente ya sabrás lo difícil que es educarlos y enseñarles ciertas actitudes positivas. Pero, ¿nunca te has preguntado cuándo comienza la historia del adiestramiento canino? Es realmente sorprendente. Si te ha picado la curiosidad y quieres satisfacerla, has dado con el artículo indicado. En él descubrirás cuándo comienza en la historia de la humanidad esta práctica. También encontrarás varios datos interesantes que se han ido dando durante su desarrollo y de los que muy poca gente es conocedora.

El origen del adiestramiento canino

El origen del adiestramiento canino no se remonta a muchos siglos atrás. Aunque está la creencia de que los primeros perros fueron, lobos domesticados en la prehistoria, la realidad es que los primeros proto perros se acercaron al hombre rebuscando entre la basura, y fueron éstos, y no los lobos, los que evolucionaron a los perros que conocemos hoy. Los primeros seres humanos y estos perros convivían inicialmente con una relación comensal, el perro obtenía comida y el humano no obtenía ventajas de esa relación.

Más adelante, como aparecen en pinturas y grabados antiguos, se comenzó a utilizar a los perros como perros de guarda y ayuda en la caza. En la cultura griega, romana o egipcia, donde incluso se enterraban junto a sus amos.

Historia del adiestramiento canino

Hace aproximadamente 130 años aparecen las primeras razas creadas por el hombre, siendo clasificadas según su valía para distintas tareas: perros cazadores, de trineo, rastreadores, para el pastoreo… Poco a poco se iba instalando el concepto de perro de compañía.

Pero el origen del adiestramiento canino no se inicia realmente hasta el siglo XX. Y por unos motivos que seguramente no imaginas.

La historia del adiestramiento canino está íntimamente ligada a las necesidades militares del momento. El origen de la profesión formal de adiestrador canino se establece en la Primera Guerra Mundial. Eran necesarios perros fuertes, con una disciplina marcada y rígida. Se empiezan a marcar unas pautas básicas y muy específicas para su enseñanza. Unas pautas que fueron complicándose y distribuyéndose por ramas tan amplias que son difíciles de especificar.

Es en este momento cuando empiezan a instaurarse bases contradictorias en función del adiestrador: desde golpes y castigos físicos al extremo contrario de redirección conductual y recompensa. Afortunadamente, la tendencia actual se inclina hacia el adiestramiento positivo. Se basa principalmente en el conocimiento profundo de las necesidades caninas, en el refuerzo de comportamientos que se espera que se repitan, y no en la reacción aversiva ante el malo.

Gritos, amenazas y golpes no resultaban tan eficaces como se pensaba, ya que provocan miedo, estrés y rompe el vínculo con su familia. La comprensión, el cariño y el refuerzo positivo son mucho más eficaces. Premiar lo que hace bien es mucho mejor para el animal, pero también para el propio dueño o adiestrador. Algo que no resulta incompatible con mantener la firmeza, constancia y comprensión hacia la naturaleza canina.

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Curiosidades del adiestramiento canino

Si bien el adiestramiento nace a mediados del s. XX, encontramos ejemplos anteriores que resultan tan curiosos como interesantes.

En la época romana, el granjero Marcus Varrón registró de manera escrita algunos consejos sobre entrenamiento de canes para el cuidado del ganado. Asimismo, el escritor griego Jenofonte escribe el tratado «Kuneguitos» (o caza con perros). En estos escritos se ensalza el valor de formar a los perros desde cachorros.

En 1848 se publicó el primer libro sobre perros de caza como setters pointers. Titulado Dog Breaking, se delimitaba un método concreto, minucioso y sencillo basado en las recompensas. Poco después, Stephen Hammond escribiría su libro Practical Training. En él también se reforzaba la recompensa, el cariño y la alabanza como sistema básico para motivar un comportamiento excelente.

Pero sin duda, una figura clave en este aspecto fue Konrad Most. Se encargó de formar a perros policía en Alemania, ya que investigaba sobre la psicología canina y los tipos de trabajo que los perros pueden desempeñar. Con la Primera Guerra Mundial formó a un grupo de perros; en la Segunda, instauró el «Instituto Experimental de Perros de las Fuerzas Armadas». Al final de la contienda creó la «Granja de Perros Alemanes». Una de las curiosidades del adiestramiento canino de Most fue el entrenamiento de perros de ayuda para ciegos. Muchas de sus aportaciones siguen vigentes en la actualidad en la formación de perros policía y de cuerpos militares.

Una evolución positiva

La historia del adiestramiento canino, así como el papel que desempeña el adiestrador profesional, han evolucionado con el paso de los siglos. De la indiferencia, al castigo y, finalmente, la actual recompensa y comprensión. Todo un ejemplo del cambio de mentalidad vivido en la sociedad, que ha terminado considerando al perro como un miembro más de la familia. La sensibilización y la mejor comprensión del comportamiento del can son clave para hacer de él un animal equilibrado y feliz.