Este tema está incluido en el temario del Ciclo Formativo de Grado Superior de Educación Infantil. Es por ello que en este artículo intentaremos dar un poco de luz sobre la intervención socioeducativa con menores en riesgo social.
Se considera situación de riesgo social, aquella situación en que el menor resulta perjudicado en su desarrollo personal, familiar, social, educativo y en sus derechos. El menor llegará a esta situación por diferentes motivos: circunstancias familiares, carencias afectivas, conflictos familiares, sociales y/o educativos, etc. Cuando se unen varias de estas situaciones, el niño o la niña requerirán de intervención socioeducativa en su centro de formación.
Si en una comunidad los niños no tienen acceso a la educación, a asistir a una guardería o un colegio, se dirá que dichos menores están en riesgo social. Es decir, crecerán sin la formación necesaria para integrarse al mundo laboral y no tendrían la posibilidad de ganar su sustento. Como vemos en este ejemplo, para que exista un riesgo, es preciso que se descuide una necesidad.
Factores a observar antes de abordar la intervención socioeducativa
Observaremos en primer lugar si existe la carencia de algunas de las necesidades físicobiológicas básicas de las personas. Estas carencias pueden ser: de alimentación, higiene, de actividad física, asistencia sanitaria, seguridad emocional, etc.
Por otro lado, observaremos también las situaciones correspondientes que nos hablan de riesgo social. En este caso hablamos de la desnutrición, la alimentación insuficiente, la existencia de parásitos, la inmovilidad del cuerpo, la falta de actividad, etc. Por un motivo u otro, existen casos de niños que no reciben vacunas ni controles médicos periódicos o no acuden al colegio para recibir educación.
Ante la posibilidad de que exista un riesgo social, es necesario tomar más de una medida. Es a esta acción a lo que llamamos intervención socioeducativa. La prevención y la búsqueda de soluciones, pueden ser medidas de gran valor para esos pequeños en situación de riesgo social. Será necesario la existencia de un buen proyecto educativo para evitar la exclusión social de estos niños y favorecer, por lo tanto, su integración.
Los niños tienen derecho a recibir una formación y no fracasar en la escuela. Por ello, la escuela, tiene el deber de atender y favorecer su capacidad de inclusión social. Esto se hará desde la dimensión intelectual, la emocional y la de inserción. Tres aspectos esenciales para un equilibrio integral de las personas en el mundo. Si no son plenamente atendidos desde el sistema educativo, pueden convertirse en personas con riesgo de exclusión social. En este sentido, son muchos los alumnos que pueden recibir una educación que conlleve limitaciones.
Para realizar dicho trabajo, habrá que tener en cuenta tres ámbitos de actuación:
- El ámbito Institucional.
- Ámbito de Organización y Gestión.
- El ámbito de Servicio a la comunidad.
Escrito por: Carme Pascual Moix, Licenciada en Psicología por la UB. Certificado de aptitudes pedagógicas y profesora de Educación Infantil en Escola d’Oficis Catalunya.