El juego simbólico es una actividad que resulta fundamental para todos los niños, especialmente durante los primeros años, ya que es el momento en el que mayor evolución se produce.
Además, durante tu trabajo como auxiliar de jardín de infancia vivirás estos cambios en primera persona. Entre las distintas formas de jugar, hay otra, que es el juego dramático, que también vamos a explorar en este artículo, ya que ambas son especialmente relevantes.
El juego simbólico
La imaginación de los más pequeños suele desarrollarse rápidamente, y a unos niveles difíciles de comprender para los adultos. Pero todo comienza alrededor de los 18 meses. A partir de ese momento, y hasta los tres años, los niños van incrementando su capacidad imaginativa.
Y precisamente así es como ellos practican el juego simbólico. Este hace referencia a esa capacidad para representar la realidad utilizando objetos o realizando acciones que poco tiene que ver con lo que simbolizan. Esto es posible gracias a su capacidad de abstracción y de representación mental. Y como educador, es fundamental que les proporciones un entorno que favorezca este juego, ya que estarás ayudándoles a potenciar estas habilidades.
Para ello, lo más adecuado es que les ofrezcas materiales versátiles. Bloques de construcción, herramientas o utensilios de cocina de juguete son opciones excelentes.
El juego dramático
Este tipo de juego guarda relación con el anterior, pero a un nivel más avanzado. Aquí, los más pequeños no solo representan objetos, sino que también asumen roles o recrean situaciones sociales. Es común que imiten a personas de su entorno cercano, especialmente a sus figuras de apego.
Pero también pueden hacerlo con personajes ficticios. Jugar “a los médicos” o “cuidar a un bebé” son dramatizaciones muy habituales.
El valor más importante del juego dramático tiene que ver con las habilidades que se practican. Además de la imaginación, se potencian especialmente el lenguaje y las habilidades sociales.
En el aula puedes fomentar este tipo de juego al crear espacios específicos y también puedes ayudarles con objetos cotidianos de juguete como muñecas, teléfonos, disfraces, etc.
Los beneficios del juego en el jardín de infancia
Tanto el juego simbólico como el juego dramático ofrecen múltiples beneficios para los niños de 0 a 3 años. A través de estos juegos, los niños comienzan a entender las relaciones entre los objetos, las personas y sus acciones. También desarrollan habilidades de resolución de problemas y aprenden a pensar de una forma más flexible.
Mientras juegan, utilizan el lenguaje para describir lo que están haciendo, negociar roles y expresar ideas. Esto les ayuda a ampliar su vocabulario y a mejorar sus habilidades comunicativas.
Gracias a estos juegos también pueden explorar las emociones de una manera segura. Pueden representar situaciones que les generan ansiedad o miedo, como una visita al médico, y procesar sus sentimientos en un entorno controlado.
Y como estos juegos a menudo involucran a otros niños, se fomenta la cooperación, el intercambio de ideas y la empatía. A través de la interacción, aprenden a resolver conflictos y a entender las perspectivas de los demás.
¿Cómo debes actuar para fomentar estos tipos de juego?
Como profesional del jardín de infancia tienes un rol esencial para enriquecer y facilitar el juego de tus alumnos. Ya te hemos explicado lo importante que es crear un entorno propicio para que den rienda suelta a su imaginación. Pero, además, es vital que te impliques en estos momentos, pero de una forma sutil.
Ellos tienen que ser quienes tomen la iniciativa y dirijan el juego en todo momento. No obstante, siempre que sea necesario, puedes ayudarles enriqueciendo su lenguaje o modelando conductas inapropiadas. También puedes tratar de fomentar la cooperación entre los distintos niños.
Anímalos a asumir roles diferentes y a que creen historias más complejas. Durante todo este proceso tienes que permanecer atento para descubrir cuál es el nivel de desarrollo de cada alumno, y así podrás ofrecerle a cada uno los recursos que necesitan.
¿Estos juegos tienen impacto a largo plazo?
Tu labor como profesional no solo afectará a los niños durante su estancia en el jardín de infancia. Ten en cuenta que el impacto de estos juegos llega mucho más allá. Y es que las habilidades que consigan desarrollar durante estos años los acompañarán durante el resto de su vida.
La capacidad de pensar de forma abstracta, de resolver problemas y de comprender las emociones del resto de personas son competencias muy útiles en su día a día. Como es lógico, a lo largo de toda la infancia continuarán desarrollándolas, pero sus primeros pasos siempre tienen lugar entre los 0 y los 3 años.
El juego simbólico y el dramático son pilares fundamentales para el correcto desarrollo de los niños de entre 0 y 3 años. Al explorar y comprender mejor el mundo que les rodea serán capaces de adaptarse a las nuevas situaciones que se encontrarán en el futuro y también a crear vínculos y relaciones saludables. Tu papel como educador consiste en ayudarles a crear un entorno favorable y en guiarles en sus descubrimientos.