¿Sabes qué son las lámparas de descarga y qué caracteriza a las fuentes de luz luminiscentes? En este artículo queremos introducirte en estos conceptos. Se trata de contenido habitual para los especialistas en la electricidad.
Descubriendo las lámparas de descarga
Antes de entrar en materia, es importante distinguir entre los dos principales tipos de fuentes luminosas existentes en la naturaleza:
- Fuentes incandescentes: Son aquellas que producen calor a la vez que luz, como es el caso del fuego.
- Fuentes luminiscentes: Producen luz sin emitir energía en forma de calor. Es decir, no aumentan su temperatura respecto al entorno. ¿Un buen ejemplo? Las luciérnagas.
Lámpara de descarga: concepto y funcionamiento
Este tipo de lámpara se caracteriza por usar como elemento luminoso la corriente eléctrica generada por un gas. Se contrapone a la de filamento, que se apoya en un circuito sólido para generar su corriente eléctrica.
Por lo general, se basan en una ampolla que contiene gases o vapores metálicos. Cuando las activas, se produce una descarga eléctrica en ellos. Es decir, la luz es emitida a través de un gas ionizado, no por un filamento sólido.
Ahora bien, ¿Cómo se concreta el funcionamiento de la lámpara de descarga, sea del tipo que sea? El encendido exige la presencia de un dispositivo que lo produce con un alto voltaje de inicio. A continuación, desciende la energía eléctrica hasta la normalidad. Este elemento se conoce como balasto o reactancia. Los más antiguos son los de cobre y, actualmente, se están reemplazando por otros de tipo electrónico.
La emisión lumínica precisa crear una corriente eléctrica entre sendos electrodos, ubicados dentro de un tubo lleno de gas o vapor. La diferencia de potencial entre ambos genera un flujo de electrodos, los cuales atraviesan el gas. Cuando estos chocan con los electrones externos de los átomos, la energía se transmite.
¿Qué ocurre entonces? Hay dos posibilidades
- La energía generada es tanta que el choque desplaza de su orbital al electrón. Este puede chocar con otros y provocar idéntico efecto. Como consecuencia de ello, si no se frena a tiempo, la lámpara queda destruida por la excesiva corriente.
- El electrón no es arrancado de su emplazamiento. Por lo tanto, acaba ocupando otro orbital de una energía superior. Es un estado inestable que, enseguida, regresa a la situación de partida. Al llevarse a cabo, el electrón emite energía extra como radiación electromagnética, ya sea ultravioleta o visible. De este modo se emite una luz que, en estos sistemas, no es puramente blanca.
Ten en cuenta, por ello, que la capacidad de estas lámparas para reproducir colores es inferior a otras. Como aspecto positivo, producen la luz de manera más económica y eficiente.
Componentes de una lámpara de descarga
Llegados a este punto, quizás te estés preguntando cuáles son los elementos de las lámparas de descarga. Las más populares son los fluorescentes que, por lo general, incluyen estos componentes:
- Tubo exterior de vidrio.
- Revestimiento interior de material fluorescente.
- Gases y vapor de mercurio a baja presión.
- Filamento.
- Electrodo sensor.
- Electrodos calentados.
- Balasto.
- Reactancia electrónica.
Características principales
Ahora ya tienes un poco más claro qué son las lámparas de descarga. Quizás, incluso, has empezado a plantearte la posibilidad de utilizarlas en tu día a día. Si lo haces, te conviene conocer cuáles son sus características más diferenciales:
- Rendimiento luminoso muy alto. Cuando las comparas con las otras lámparas, los datos hablan por sí solos.
- Emisión de luz compacta y homogénea.
- Gran durabilidad. Su vida útil se multiplica, lo que posibilita un significativo ahorro económico, tanto en el mantenimiento como en la reposición
Clasificación de las lámparas de descarga
La primera categoría importante que debes diferenciar es:
- De baja presión: Son las fluorescentes y las fluorescentes compactas.
- De alta presión: Su principal atributo es que difunden un espectro lumínico muy intenso.
Como no puede ser de otra manera, entre los tipos disponibles actualmente existen diferentes opciones. Es bueno que también te familiarices con ellas y, al menos, sepas que son de este mismo tipo:
- Fluorescentes: De ellos ya hemos hablado previamente.
- Lámparas de vapor de mercurio: Funcionan del mismo modo que las anteriores. Al apagarlas no es posible reencenderlas a continuación.
- Lámparas de vapor de sodio a alta presión: Su intensidad de corriente-tensión de arco positiva es su rasgo más llamativo e importante. Duran entre 14 000 y 15 000 horas.
- Lámparas de halogenuros metálicos: Para reencenderlas han de pasar entre 10 y 20 minutos. Su duración es de 6000 a 7000 horas.
- Lámparas de vapor de sodio a baja presión: Cuentan con un rendimiento luminoso de 180 lm/W, y su vida media útil alcanza las 10 000 horas.
Como ves, las lámparas de descarga son un auténtico universo que, quizás, desconocías. ¿Te atraen los conocimientos sobre la electricidad y las fuentes luminosas? Sin duda, con todo lo que has aprendido, terminarás viendo la luz.