La correcta resolución de conflictos laborales es crucial para promover un buen ambiente en el centro de trabajo. Y lo cierto es que en el entorno sanitario se pueden vivir momentos de gran tensión emocional, algo que puede favorecer la aparición de problemas en el servicio o entre los compañeros. Por eso, en esta guía queremos ayudarte a gestionar esas situaciones de la forma adecuada.
Este concepto, forma parte del temario del Ciclo Formativo de Grado Medio de Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería. Más concretamente del Crédito 10, tema 2: «Resolución de conflictos en el entorno de trabajo».
Comprende la naturaleza del conflicto
En cualquier conflicto laboral, uno de los aspectos clave que ayudarán a su resolución tiene que ver con su comprensión. Es decir, ¿qué ha originado el problema? En el entorno sanitario, la mayoría de estas situaciones se producen por:
- Diferencias de criterios sobre priorización de tareas, protocolos o tiempos de respuesta.
- Problemas de comunicación, como órdenes poco claras, exceso de prisas o mensajes contradictorios.
- Sobrecarga y estrés. Las jornadas de trabajo que se hacen interminables, la falta de descansos o contar con recursos insuficientes.
- Competencia de roles. Como por ejemplo la confusión entre las funciones de TCAE, enfermería, médicos u otros profesionales.
- Factores personales, como el carácter, los estados de ánimo o fricciones previas.
- Reconocer el origen del conflicto es el primer paso para ponerle fin, y por tanto se debe prestar mucha atención a este aspecto.
Comprendiendo su naturaleza, avanzamos un paso hacia la resolución de conflictos laborales.
Detección temprana
Los conflictos laborales pueden surgir por numerosas causas, como acabas de comprobar. Sin embargo, muchos de ellos empiezan siendo poco más que pequeñas disputas o malentendidos. El principal problema de esto es que, si no se soluciona a tiempo, el problema puede enquistarse y complicar mucho el clima en el entorno laboral. Por eso, la detección temprana cobra una gran importancia.
Y como TCAE, ¿qué está en tu mano en este tipo de casos? Los auxiliares de enfermería tienen un gran contacto con el resto del equipo sanitario y también con los pacientes, lo que posiciona a este colectivo en una posición privilegiada desde la que atajar estos problemas.
Algo fundamental debe ser observar las señales. Si notas cambios en el lenguaje corporal de algún compañero, miradas esquivas, comentarios sarcásticos o dificultades para trabajar en equipo, podría haber algún conflicto en ciernes.
También es importante autoevaluarse. Y es que, a veces, los problemas los puedes estar generando tú mismo. Ya sea por la actitud, o incluso por problemas de comunicación.
Por último, para evitar que la situación se complique, siempre es interesante intervenir cuanto antes. En ocasiones, una breve conversación en privado puede ayudar a solucionar el malentendido y evita que el problema continúe escalando.
Esta actuación temprana demuestra a los compañeros que existe voluntad de colaboración y también respeto mutuo. Y, además, disminuye el impacto emocional de los conflictos.
Comunicación asertiva y escucha activa
La base de la resolución de conflictos laborales es la comunicación asertiva, que combina claridad con respeto. Para practicarla es importante hablar en primera persona: “me preocupa que…” en lugar de “tú nunca…”. También hay que ser específico. De nada sirve generalizar o llevar el conflicto a lo personal. Es mucho más productivo mencionar hechos concretos. Y, por supuesto, nunca se debe elevar el tono. Un volumen moderado y con un ritmo pausado hará mucho más fácil el entendimiento.
La escucha activa complementa este enfoque. Ya que implica mantener el contacto visual, parafrasear lo escuchado previamente: “si te entiendo bien, consideras que…” y hacer preguntas abiertas al compañero: “¿cómo te hace sentir esta situación?”.
Habilidades a desarrollar para la resolución de conflictos laborales
Pero no todo es resolver los conflictos de trabajo. Con las habilidades personales adecuadas, es mucho más sencillo evitar que se lleguen a producir y, sobre todo, atajar cuanto antes cualquier problema. A continuación, vamos a mostrarte una lista de algunas de las más interesantes:
- Gestión del estrés: Para practicarla, puedes llevar a cabo técnicas de respiración, pausas activas y también el autocuidado.
- Inteligencia emocional: Debes ser capaz de reconocer y regular tus propias emociones antes de comunicarlas.
- Empatía: ¿Te has preguntado cómo se siente la otra persona cuando tienes un conflicto con ella? Ser capaz de ponerse en el lugar del otro es crucial para llegar a entender sus preocupaciones.
- Resolución de problemas: Debes tener capacidad de análisis y creatividad para encontrar alternativas que satisfagan a todas las partes implicadas.
No obstante, a lo largo de tu formación como técnico auxiliar de enfermería y también durante tu carrera profesional, te vas a encontrar con situaciones que pondrán a prueba tus habilidades. Trata de aprovechar cada una de ellas para aprender cómo afrontar este tipo de conflictos en la empresa y para superarlos sin que se perjudique el ambiente laboral.
Como comprobarás cuando inicies tus prácticas profesionales, los problemas no suelen desaparecer por sí solos. Por eso, la resolución de conflictos laborales juega un papel muy importante en el entorno sanitario. Tendrás que poner de tu parte, ya que la voluntad de diálogo y el resto de habilidades que te hemos mostrado son importantes. Pero con paciencia y trabajo, serás capaz de solventar los problemas de forma mucho más fácil.