¿Quieres saber en qué consiste el sondaje nasogástrico? Es una técnica que ha de ser dominada por cualquier auxiliar de enfermería e imprescindible en algunos casos. Conoce, a continuación, todos los detalles al respecto.

¿Quién creó este tipo de sonda nasogástrica?

Abraham Louis Levin, un doctor de Nueva Orleans que comenzó a usarla en 1921. Al principio era de caucho de color rojo. En la actualidad es transparente. La sonda Levin tiene entre 1,20 y 1,33 metros de longitud y tiene un calibre que va de los 3,96 a los 6,6 centímetros.

¿En qué consiste el sondaje nasogástrico?

En la introducción de una sonda (tubo flexible fabricado en PVC, silicona, poliuretano, etc.) por la nariz del paciente con el objetivo de que llegue hasta el estómago del paciente. El objetivo es:

  • La instilación de líquidos (depositar gota a gota el líquido correspondiente en el estómago del paciente).
  • Alimentar al paciente.
  • Administración de mediación.
  • Conseguir que el estómago se descomprima al vaciarse de aire o de contenido.
  • Realizar un análisis del contenido gástrico.

¿Cómo se realiza?

La técnica para realizar el sondaje nasogástrico tiene una serie de pasos a seguir para que sea más fácil para ambas partes. Debes comenzar informando al paciente del procedimiento. Posteriormente, mide el trayecto que recorrerá la sonda. Lo habitual es usar el método Hansen calculando la longitud entre la nariz, la oreja y el epigastrio. Se marca una señal y se añaden 20 cm, si se colocará en el duodeno, y 30 cm de colocarse en el yeyuno.

Antes de comenzar, lávate las manos y ponte unos guantes. Luego, retira la prótesis dental del paciente y lubrica los siete o doce centímetros de la sonda que van a entrar por la nariz. Coloca al paciente en un ángulo de 45º o en decúbito lateral izquierdo. Para continuar, elige el orificio más adecuado e introduce la sonda hacia la faringe. Cuando se calcule que va a llegar a esta zona, hay que pedirle al paciente que estire el cuello hacia delante y que mantenga la cabeza inclinada.

El siguiente paso del sondaje nasogástrico es comentarle al paciente que trague saliva o que beba un poco de agua. Se aprovecha el momento de la deglución para meter la sonda. De toser, o faltarle el oxígeno, la sonda ha entrado en una vía respiratoria. Hay que retirarla suavemente, dejar descansar al paciente y repetir el procedimiento.

Cuando observes que la marca realizada llega a la nariz, la sonda habrá llegado al estómago. Para comprobarlo, hay que esperar a que salga el jugo gástrico o extraerlo con una jeringuilla. Analiza el Ph, que debe ser inferior a 5,5 (consulta la medicación que toma la persona, sobre todo lo referente a antiácidos, para que el resultado no se vea alterado). Termina fijando la sonda a la nariz del paciente con la ayuda de un esparadrapo.

sonda nasogástrica

¿Dónde se conecta la sonda?

El sondaje nasogástrico se lleva a cabo por alguna de las situaciones antedichas. Lo habitual es conectar el extremo abierto a una bolsa colectora, dejarlo abierto o cerrarlo dependiendo de lo especificado por el médico. Todo dependerá de lo que sea necesario realizar en cada momento.

¿Qué tipo de cuidados necesita el paciente con este tipo de sonda?

Es imprescindible mantener la sonda y la nariz siempre limpias. Antes de darle de comer a la persona, hay que aspirar el contenido gástrico (si es superior a 150 ml, se debe introducir de nuevo y esperar).

A la hora de alimentar al paciente, y una hora después, ha de permanecer en la posición de Fowler. El alimento debe estar a temperatura ambiente y ha de darse durante unos 20 minutos a un ritmo lento. Se puede usar una bomba automática, pero no es imprescindible. Debes lavarle la boca al paciente e hidratarle los labios.

No olvides comprobar, cada cuatro u ocho horas, que el paciente admite la dieta. Es frecuente la aparición de vómitos, diarreas, regurgitaciones y similares. De ser así, hay que ajustar la cantidad, el tipo de comida y el número de tomas. De continuar los síntomas, hay que comprobar si el paciente sufre el síndrome de Dumping.

Esta dolencia se caracteriza por una serie de alteraciones digestivas y vasomotoras que aparecen a los 20 minutos de la toma. La sonda debe lavarse con agua tras cada toma y cambiarse; si está fabricada en PVC o polietileno, cada semana o cada dos semanas; si es de poliuretano, cada 60 o 90 días; y si es de silicona, cada 90 o 180.

Esperamos haberte dado a conocer toda la información relacionada con el sondaje nasogástrico. Recuerda que es una de las técnicas invasivas más utilizadas. Su indudable eficacia permite confiar en su fiabilidad y en su adaptabilidad a diversas funciones. Sin su invención, la medicina sería totalmente distinta y sería necesario inventar una técnica similar que ofreciera tan buenos resultados como los arriba descritos.