¿Conoces las diferencias entre negligencia médica y mala praxis? Intentaremos arrojar algo de luz sobre este tema, que seguro es interesante para cualquier profesional o estudiante de formaciones sanitarias.

Las negligencias médicas son, por desgracia, algo con lo que muchos profesionales sanitarios tienen que lidiar a lo largo de su carrera. Muchas veces, este término se utiliza de manera indistinta junto al de mala praxis, aunque como verás en este artículo, no siempre tienen las mismas implicaciones jurídicas, y suelen implicar diferentes niveles de gravedad.

El marco legal de la responsabilidad sanitaria

En España, es fundamental que prestes especial atención al Código Civil para conocer las implicaciones de tu responsabilidad como sanitario. Sus artículos 1106, 1107, 1902 y 1903 son los más relevantes. Te aconsejamos encarecidamente echarles un vistazo.

Además, la Ley 41/2002, de 14 de noviembre también tiene en consideración el derecho de los pacientes a ser informados y tratados con respeto, por lo que te recomendamos que la conozcas en profundidad.

Una vez que ya sabes cuáles son las diferentes normativas, vamos a pasar a explicar más en profundidad las diferencias entre negligencia médica y mala praxis.

¿Qué es la negligencia médica?

Se conoce como negligencias médicas a todos los sucesos que tienen lugar por no cumplir los estándares de cuidado y diligencia que se esperan de ti como profesional, siempre que estos perjudiquen a tu paciente. Eso sí, para que se catalogue como tal, es importante que el daño haya sido involuntario.

Los retrasos en el diagnóstico, o la omisión de pruebas médicas son casos claros de negligencia. Lo más habitual es que estas situaciones terminen provocando una demanda civil para depurar responsabilidades, pero que no supongan un riesgo penal para el profesional sanitario.

¿Qué es la mala praxis?

El concepto de mala praxis es mucho más amplio y hace referencia a procedimientos médicos en los que la incompetencia o imprudencia del profesional han producido daños al paciente. La principal diferencia respecto a las negligencias es que aquí sí se detecta una intencionalidad, ya sea directa o indirectamente. No obstante, vamos a verlas todas con detenimiento en el próximo apartado.

Diferencias legales entre negligencia médica y mala praxis

Las consecuencias legales para cualquier profesional sanitario pueden ser muy diferentes entre ambas situaciones, por lo que debes conocer con detalle las diferencias más importantes:

Intención

Una negligencia tiene en cuenta que se ha producido un error, pero que este ha sido involuntario y, por tanto, no existía ninguna intención de dañar al paciente. En el caso de la mala praxis, aunque directamente no haya habido intención de causar ese daño, las consecuencias pueden poner en peligro la vida del paciente.

Responsabilidad legal

Seguro que este era uno de los motivos por los que querías conocer las diferencias entre negligencia médica y mala praxis. En las negligencias médicas la mayoría de casos terminan con una responsabilidad civil en la que se debe hacer frente al pago de una indemnización. Si ha habido mala praxis, el profesional también se suele enfrentar a un procedimiento penal en el que puede terminar habiendo pena de cárcel.

mala praxis

El consentimiento informado

Antes de realizar cualquier procedimiento que pueda suponer un riesgo para tu paciente, es vital que éste rellene un consentimiento informado. Estos documentos vienen regulados por la Ley 41/2002, de la que te hemos hablado anteriormente. Y en ellos deben aparecer todos los riesgos de someterse al tratamiento o intervención que se vaya a realizar.

Ten en cuenta que si este documento no se firma, o si se extravía, es mucho más probable que en caso de complicación médica, se pueda determinar que ha existido mala praxis. Por tanto, es fundamental que se informe al paciente de las posibles consecuencias del tratamiento o la intervención, incluso en el caso de procedimientos rutinarios y de riesgo muy bajo.

¿Cómo puedes protegerte de posibles reclamaciones?

A veces ocurren imprevistos que escapan a tu control y, en esos casos, es inevitable que los pacientes o sus familiares te puedan culpar directamente de lo sucedido. Sin embargo, sí hay algunas recomendaciones que pueden ayudarte a minimizar el riesgo de sufrir una reclamación.

En primer lugar, es vital que te mantengas al día de los últimos avances y procedimientos sanitarios. Solo así podrás emplear las técnicas y medios más adecuados en cada caso. Además, siempre tienes que tener en cuenta los protocolos sanitarios establecidos.

Como te hemos dicho en el apartado anterior, disponer de un consentimiento informado es obligatorio y puede eximirte de gran parte de la responsabilidad médica en caso de contratiempos. Lo mismo sucede si documentas de forma correcta cualquier suceso en la historia clínica de los pacientes.

Como has podido observar, tanto las negligencias médicas como la malas praxis conllevan responsabilidades legales en España. No obstante, estas últimas tienen una consideración más grave y pueden terminar con consecuencias penales.

Tanto durante tu formación como a lo largo de tu carrera profesional sanitaria te resultará esencial conocer en todo momento los protocolos y estándares de tu profesión. Por ello hemos considerado oportuno publicar este artículo sobre las diferencias entre negligencia médica y mala praxis. Solo así serás capaz de trabajar de una forma diligente y eficaz. Reduce el riesgo de que se produzcan situaciones adversas y protégete de posibles reclamaciones.