Las patologías, en general, son susceptibles de ser clasificadas según distintos criterios. Las infecciones nosocomiales, por su parte, engloban a un conjunto de enfermedades infecciosas cuyo punto en común es el lugar de adquisición. Dado que se trata de un tipo de infección más común de lo que puede llegar a parecer, requiere un estudio pormenorizado.
Por este mismo motivo, a lo largo del presente artículo vamos a hacer hincapié en su concepto. Del mismo modo, atenderemos a los síntomas que las caracterizan y, por supuesto, sus causas principales.
¿Qué son las infecciones nosocomiales?
Como es obvio, cabe partir refiriendo a una definición clara y directa de la cuestión. Así, las infecciones nosocomiales son patologías adquiridas a lo largo de la estancia en un hospital. De hecho, palabra «nosocomial» proviene del latín nosocomium («hospital»).
Así, se trata de enfermedades que no se encontraban presentes en el instante en el que el paciente entró al recinto. Ni siquiera en periodo de incubación. En todo caso, el criterio para determinar si una infección es de esta clase o no es de tipo temporal. Como norma general, las infecciones que se manifiestan más de 48 horas después del ingreso se consideran nosocomiales.
Ahora bien, cabe tener en cuenta un punto fundamental. Lo dicho hasta ahora responde a la definición clásica. En la actualidad, el concepto de relación con la asistencia sanitaria traspasa claramente los límites hospitalarios. Gracias a las nuevas tecnologías, han surgido nuevos entornos sanitarios.
Los centros de día, las residencias, los tratamientos ambulatorios, los servicios en el domicilio, los centros sociosanitarios, etc. Todos esos puntos pueden considerarse dentro de la órbita de las causas de las patologías nosocomiales.
En definitiva, puede resumirse diciendo que son enfermedades adquiridas durante relaciones con entornos sanitarios, generalmente hospitales.
¿Cuáles son sus causas?
Sin embargo, esta no deja de ser una definición excesivamente amplia. En realidad, pueden hacerse algunas concreciones que ayudan a entender la cuestión en mayor medida.
Los pacientes que acuden a un centro sanitario suelen tener en común una cierta inmunosupresión, bien sea por patologías previas o por tratamientos invasivos (canalizaciones, sondajes, etc.). Además son centros masificados y hay pacientes portadores de enfermedades infecciosas que contribuyen a una mayor dispersión del microorganismo.
Como evitar la transmisión de las infecciones nosocomiales
Debido a que las infecciones nosocomiales tienen especial gravedad (afectan a personas vulnerables) y comportan sobrecostes (aumenta el tiempo de hospitalización, lo que implica más gasto sanitario y consumo de recursos) han de ser evitadas con especial ahínco. Por este motivo, es oportuno seguir, al menos, las siguientes tres estrategias.
Distanciación del paciente de los potenciales focos de contagio de enfermedades
Este criterio ha sido ya implantado en la mayor parte de los centros sanitarios. Dividir a los pacientes por plantas, evitando que tengan contacto, es esencial. Los pacientes oncológicos, por ejemplo, no deben encontrarse cerca de los infecciosos. Esto mismo puede aplicarse a otras muchas combinaciones.
Además, ante una sospecha de infección siempre se aísla de forma preventiva hasta el descarte o confirmación.
Recopilación de datos y análisis detallado de los mismos
En todo centro sanitario debe existir un servicio de medicina preventiva que se encargue de la vigilancia epidemiológica y la gestión de casos.
Profesionalización del personal sanitario competente del cuidado de enfermos
Un personal altamente cualificado y especializado es una garantía excepcional que le permitirá al hospital prevenir este tipo de infecciones. Es por ello que, cualquier auxiliar de enfermería, debe de tener conocimientos en relación a la higiene en el entorno hospitalario y la limpieza del material.
En conclusión, hasta este punto ya has podido conocer en profundidad qué son las infecciones nosocomiales. Del mismo modo, nos hemos detenido tanto en las causas concretas como en las estrategias para erradicarlas. En todo caso, se trata de un tema más complejo de lo que a primera vista pudiera parecer, que requiere de investigación.
Sea como fuere, indica la extraordinaria necesidad de mantener entornos hospitalarios seguros. En estos establecimientos se agrupan personas especialmente vulnerables. Por eso son tan relativamente comunes las infecciones de este tipo. También por esa misma razón son, en muchas ocasiones, patologías fulminantes, que acaban con la vida del paciente. Evitarlo requiere primero conocerlo, y por eso la importancia de este artículo.