Los métodos de esterilización que se realizan en las pequeñas mascotas logran muchas ventajas. No solo se le asegura al propietario no tener que preocuparse por las camadas, sino que evita enfermedades. En función de los intereses de los dueños de estos animales, se puede esterilizar de distintas maneras. La técnica más moderna que se realiza actualmente es la esterilización química.
Métodos de esterilización
Antes que nada, es importante diferenciar entre la esterilización de un macho y la de una hembra. Ambos géneros muestran problemas diferentes, por lo que llevar a cabo esta intervención ayuda a prevenir distintos problemas.
Lo primero a tener en cuenta es la edad a que se deben someter ciertas especies. En el caso de las perras, con el fin de evitar tumores mamarios, se recomienda la esterilización antes de la segunda regla. Aunque, tanto en perros como en gatos, a partir de los 4 meses se puede realizar esta intervención.
Ventajas e inconvenientes de los distintos tipos de esterilización
Por lo general, la esterilización suele ser un procedimiento intrusivo que requiere de anestesia total. Esto, de por sí, ya es un inconveniente, por el factor de riesgo, como sucede ante cualquier cirugía. También hay que contar con el tipo de esterilización a realizar, pues puede aumentar el riesgo para la mascota.
Es necesario tener en cuenta que, en la mayoría de las intervenciones, no existe una manera de revertir el proceso. Por eso, es muy importante dejarle claro a la persona que en su mascota notará cambios notables. Desde que dejará de procrear hasta cambios en su personalidad, al romper el ciclo hormonal. Así, y según el tipo de operación que se lleve a cabo, se puede acabar o no con el celo. Esto repercutirá también en el carácter del animal, pudiendo acabar con su agresividad (en caso de que la tuviese).
Del mismo modo, al provocar que ya no produzcan hormonas sexuales, la mascota se hará más mansa. Posiblemente, tienda a comer y engordar más, afectándole en su energía. Por eso es recomendable motivar al animal a realizar ejercicio de forma habitual.
En función de lo que busque el propietario, puede verse como una ventaja o un inconveniente. Al menos, en caso de que se retire toda la matriz en las hembras, se evitarán ciertos tipos de cánceres.
En los machos, esta operación puede lograr que desaparezcan problemas de próstata. Es importante contar con una menor probabilidad de enfermedades de transmisión sexual, también habituales en los animales. Además, al acabar con el celo, se está evitando que puedan extraviarse al dejarse llevar por sus instintos. Esto, en el caso de los gatos hembra, por ejemplo, es muy común.
La esterilización de los machos
Existen tres métodos de esterilización de los machos, los cuales se pueden aplicar en función a los beneficios que se persigan:
- La ligadura no es tan agresiva, aunque sí es irreversible. Se realiza bajo anestesia total y consiste en romper la salida del esperma. Esto garantiza la actividad normal del animal, que no pierde su instinto sexual, pudiendo aparearse con normalidad.
- La orquiectomía, por su parte, es una castración. Se emplea anestesia general para extirpar los testículos, dejando únicamente el escroto. La actividad sexual se pierde, así como la producción hormonal masculina. En el caso de perros y gatos, pierden agresividad y se vuelven pasivos.
- La castración química es el método reversible, en caso de que se desee la procreación más adelante. Su fin es inhibir la producción hormonal durante unos meses, los que duran la época de celo. Los efectos son los mismos que la orquiectomía, aunque puede ocasionar efectos secundarios en el animal.
La esterilización de las hembras
En el caso de las hembras, pueden realizarse diferentes intervenciones:
- Durante la ovariectomía, se lleva a cabo la extirpación de los ovarios. Mediante una incisión ventral o por laparoscopia se accede al abdomen. Deberá aplicarse anestesia general. La recuperación puede llevar de una a dos semanas.
- La ovariohisterectomía es el procedimiento de extracción de todos los órganos reproductores femeninos. Este tipo de castración es muy recurrido, ya que garantiza la prevención ante diferentes tipos de cánceres. Se lleva a cabo bajo anestesia general y acaba con la producción hormonal de los ovarios.
- La ligadura es el método menos intrusivo, ya que se respetan los órganos reproductores. Consiste en bloquear el acceso al área de los óvulos, con el fin de evitar que la hembra se quede preñada. Esto permite que la hembra mantenga sus ciclos sexuales y hormonales.
- Los tratamientos hormonales actúan como una castración química. Inhiben la producción hormonal, evitando que las hembras se queden preñadas, pero los efectos secundarios pueden ser variados y complicados.
Se pueden llevar a cabo distintos métodos de esterilización en función a las necesidades y beneficios que se busquen. Es necesario exponer las consecuencias a los dueños de las mascotas, antes de intervenirlas. De esto se encargarán o bien el propio veterinario o su ATV.